La Apyma de Lerín celebró la
noche de Halloween en el Club infantil con una chocolatada para todos los escolares, que acudieron a la
cita vestidos con la vestimenta propia de este día intentando asustar a todos
los vecinos del pueblo. Más tarde recorrieron las principales calles del pueblo
pidiendo caramelos y chucherías en todas las casas que les abrieron las puertas,
asustando a todas las personas que se encontraban por el camino.
Las madres de la Junta de la Apyma repartieron chocolate a todas las personas que se acercaban por el Club Infantil.
En
Lerín se celebraba esta noche de una manera muy especial en los años 50 y anteriores.
La noche de ánimas (31 de octubre) tenía lugar una especie de fúnebre cortejo, que
era contemplado con expectación por los habitantes del pueblo. Desde diferentes
puntos, jóvenes portando calabazas, pepinos, o melones ahuecados recortados en
forma de calavera con una vela encendida en su interior, ascendían despacio en
varias procesiones hasta el Pinillo. Simulaban las almas del purgatorio. La
gente decía: “¡Ya han salido las calaveras!, y los niños asustados corrían a
sus casas.