Actualmente pasa desapercibida la
celebración de San Antón, sin embargo en otros tiempos era una fiesta muy
especial debido a la importancia que tenían los animales en la subsistencia de
las familias, por un lado les proporcionaban alimento y por otro ayuda para la
realización de las labores del campo.
Era una fiesta que se celebraba por
barrios con novenas al santo y con hogueras. El día 17 de enero, festividad del
santo, después del rezo de la novena se encendían hogueras en la calle, donde
se asaban castañas y se repartían nueces. Los ganaderos invitaban a sus amigos
a una cena para celebrar el día del santo. Hoy en día quedan pocos ganaderos,
solo una cuadrilla celebra todos los años la fiesta de San Antón con una cena
en el pipero a base de chilindrón, patas
y callos de cordero.
El pipero de la cuadrilla La
Revolución, situado en la calle Ramón y Cajal cuando llega el 17 de enero, el
ganadero de la cuadrilla, Miguel Rodríguez aporta la carne para la cena, de
esta manera se prepara el menú compuesto por ensalada, cordero al chilindrón y
un guiso exquisito de patas y callos de cordero guisado por Ana Rodríguez, para
terminar con un buen postre, compuesto de leche frita y tarta de cuajada para
celebrar el cumpleaños de Angel Mari Ansoain.
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