Mª Rosario López Oscoz publica un
libro sobre las biografías de dos religiosos de Lerín Julián Cruz Solano y
Carmelo Cruz Pitillas.
La presentación del libro tuvo
lugar en el sótano del Centro Cívico de Lerín el pasado domingo 29 de julio con
la asistencia de numeroso público que aplaudió con emotividad a Charo.
Charo lópez en el centro, acompañada de Tomás Yerro e Inés Orozko en el momento de la presentación del libro.
Era una historia latente que se
estaba perdiendo en un cajón, y Charo López tenía todo en su mano para darle
forma. Sentía una obligación hacerlo para contar a su familia quienes eran esos dos religiosos parientes de su marido
(tío y primo de su suegro) de los que tanto solían hablar en casa. Así,
curioseando en el cajón fotografías y cartas fue confeccionando el libro que
presentó en una concurridísima sala del sótano del Centro Cívico.
La publicación se ha editado 500
ejemplares con 184 páginas que recogen la trayectoria de ambos religiosos.
Julián Cruz (1897-1948), carmelita descalzo fue un predicador con mucho
carisma, director espiritual de grandes personajes del Madrid de entonces.
Carmelo Cruz (1897-1948), agustino recoleto desarrolló una labor pastoral como
predicador y destacó su apostolado en la prensa. Escribía literatura religiosa
y poesía lírica en la revista de los padres agustinos de Granada.
En el acto de presentación María Rosario López estuvo
acompañada por su amiga Inés Orozko y por Tomás Yerro Villanueva quien comentó
los aspectos más destacados del libro y de los dos religiosos protagonistas.
Así explicó que la autora ha reconstruido con esmero, ponderación y emotividad contenida
la biografía de ambos personajes que documenta con rigor basándose en varias
fuentes de naturaleza oral, escrita y fotográfica. La guerra civil española
marcó a fondo a ambos, como a tantos españoles.
El salón del centro cívico se llenó de asistentes en la presentación del libro de Charo.
Aún tratándose de dos
personalidades muy singulares, comprometidos con sus creencias y su época, los frailes Cruz poseen un
denominador común; el amor a su tierra natal y a la familia, rasgo compatible
con una considerable amplitud de miras intelectuales, espirituales y
geográficas en todas las tareas que llevaron a cabo. La lealtad a los orígenes
se ha erigido en una nota del carácter y la conducta de muchos lerineses
ilustres, entre otros el organero Félix Yoldi, el emprendedor Manuel de
Larramendi, el catedrático de Física y Química Pedro Marcoláin, la benefactora
Pilar ureta, el filólogo Amado Alonso y su sobrina María Ángeles Alonso (Doña
Angelita).
Al finalizar el acto la autora estuvo firmando los
libros comprados por los asistentes que acudieron a la presentación
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