La sequía de los últimos meses está dejando los caudales del río Ega a su paso por Lerín con unos niveles de agua bajos para la época del año en la que nos encontramos, estamos en enero en pleno invierno y el nivel del agua debería ser mayor..
La lluvia y la nieve caída en las montañas del cauce del Ega ha sido escasa durante el otoño y el invierno, esto ha supuesto que a lo largo del cauce del río Ega se vea un nivel de agua bajo. Igualmente los afluentes del río Ega, como el Urederra, el Iranzu y otros, aguas arriba a penas llevan agua, influyendo en el nivel del agua del Ega. Otros años por estas fechas habían caído cuatro o cinco nevadas en las sierras, y las lluvias en la cuenca del Ega eran superiores a las de este año.
La lluvia y la nieve caída en las montañas del cauce del Ega ha sido escasa durante el otoño y el invierno, esto ha supuesto que a lo largo del cauce del río Ega se vea un nivel de agua bajo. Igualmente los afluentes del río Ega, como el Urederra, el Iranzu y otros, aguas arriba a penas llevan agua, influyendo en el nivel del agua del Ega. Otros años por estas fechas habían caído cuatro o cinco nevadas en las sierras, y las lluvias en la cuenca del Ega eran superiores a las de este año.
Zona de las arribas del cauce del Ega. Se observa que el río lleva menos agua que otros años por estas fechas debido a las escasas lluvias caidas.
A mitad de enero cayeron alrededor de 15 litros de agua por metro cuadrado que alivió la necesidad de agua en los cultivos de invierno y en las viñas. Para los agricultores las escasas lluvias caídas en Lerín en el otoño y en lo que va de invierno han influido negativamente en los cultivos de cereal, que han nacido más o menos bien, pero que necesitan agua lo antes posible. Igualmente, es necesaria el agua para las viñas, todavía les faltan varios meses para sacar la parra, pero les vendría muy bien entrar en primavera con humedad del invierno.
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